El Misterio y la Vida

Vivimos en un mundo conocido rodeado por el misterio de lo desconocido, incomparablemente mas grande que lo que conocemos, el misterio y la vida.

Para la gran mayoría de nosotros lo conocido se origina en nuestra infancia en la que se entretejen nuestras primeras memorias que, en la medida en la que hayan sido dolorosas han ido tapando nuestra inocencia y percepción directa e inocente del mundo, con emociones ligadas al miedo, la tristeza o la rabia. El dolor del mundo emocional nos encoge y comprime, deseando expandirnos y alegrarnos en algún tiempo futuro. Gran parte de nuestros pensamientos se remiten a tiempos pasados o venideros en los que deseamos que todo sea mejor que lo sucedido, así es como la mente y el tiempo se entretejen como hermanos.

Como es arriba es abajo

Es misterioso el Universo en el que se mueven nuestro sistema solar y nuestra Vía Láctea, hermanada con millones de galaxias, en medio de un espacio oscuro misterioso, infinito e incomprensible para la mente.

«Como es arriba es abajo y, como es adentro es afuera», nos dijo Hermes el Tres veces Grande. Lo mismo que hoy nos enseña la física quántica de las partículas atómicas.

Resumiendo: En la urdimbre de la inmensidad del conjunto de átomos que forman nuestro cuerpo, también está ese misterioso espacio oscuro que es el paridero de todas las posibilidades. ¿Todas? o ¿Unas pocas? nuestra personalidad se conforma con pocas que trata de repetir hasta la llegada del misterio de la muerte.

¿Podemos adelantar ese Misterio hasta nuestro presente manteniendo con vida nuestro cuerpo?

Teniendo en cuenta que hace años, la ilusión del futuro la considerábamos verdadera. Hoy, mas que nunca, es ilusoria. ¿Cuántas mas plagas tendremos similares al llamado Covid 1,2,3,4…?. ¿Cuántas más guerras (Ucrania) amenazando otra devastadora guerra mundial? ¿Cuántos más cambios climáticos y ecológicos? ¿Provocados por qué, por quien o para qué? Entre estos interrogantes el futuro se desdibuja.

La muerte siempre ha estado presente, pero tratábamos de olvidarla apegados a un consumismo compulsivo con el que hemos aniquilado especies vegetales, marinas, animales y humanas. Hoy, la Guadaña siega nuestro autoengaño para los mas despiertos, mientras otros prefieren seguir apegados a los espacios virtuales de los móviles, los ordenadores o las múltiples cadenas de las televisiones con sus inacabables mentiras y sus noticias paradójicas.

Podemos despertar

La esclavitud por un techo y un poco de comida invade nuestras ciudades, mientras sus ciudadanos corren hipnotizados mirando sus móviles, a los que un robot indica donde dirigir la atención de los usuarios.

Esta pesadilla onírica puede hacer despertar a muchos, pararse en el momento presente y preguntarse: ¿Dónde está la verdad? ¿Hacia donde va la vida?. La vida va, como siempre, a encontrarse con la oscuridad de la muerte, que es el contrapunto que le da al vivir intensidad, presencia y misterio.

Para quien pueda interesarle, una indicación en el camino: » Fuera estás perdido, dentro de ti estás en tu hogar. Sustituye lo externo por lo interno y se eterno». Siguiendo la indicación, encontrarás que el mundo exterior es un espejo de lo que sucede dentro de nosotros. Limpia tu espejo si está sucio. Los demás pueden hacer lo mismo. Nadie puede hacerlo por ellos.

Cuando el espejo esté limpio no te reflejará, porque tu yo personal no estará para verlo. Solo tendrás la experiencia de la inmensidad de la Paz que está mas allá de los pensamientos que, sin éxito, tratan de entender el misterio y la vida.

La rabia

La rabia es una reacción a un sentimiento primario: el de «ser herido».

Los sentimientos de dolor que sentimos vienen de la vergüenza, la humillación, la frustración, el miedo y el rechazo.

La rabia es una respuesta natural ante una herida

Si herimos a un animal, antes o después, despertaremos su agresividad, pues es su respuesta natural ante el hecho de ser herido.

Cuando de niño/a has sido lastimado, con frecuencia reprimiste tu rabia pues, si la expresabas a tus padres o a las personas que te cuidaban, el miedo ante la reacción de éstos te hacía temer por tu seguridad y supervivencia tan supeditada a sus cuidados.

Expresándola adecuadamente

Si de adulto sientes rabia elige, un lugar adecuado para expresarla gritando y golpeando por ejemplo un cojín.

Hazlo en un lugar donde puedas expresarte sin ser molestado, ni molestar a nadie, un sótano, un garaje o un bosque.

Cuando estés en ese lugar, revive en tu interior los motivos que te producen rabia; estos vendrán en forma de imágenes, sonidos o frases que tú te digas en tu interior.

Comienza a golpear el cojín, con los puños o un palo, imaginando que estás golpeando esas escenas que pasan por tu mente y te la producen.

Como librarte de ella

Con este ejercicio haces que ese odio y esa rabia se intensifiquen mas y mas en tu mente, con un pensamiento claro de fondo, lo cual es muy importante:

«ME ESTOY LIBRANDO DE ESTE ODIO Y ESTA RABIA INTENSIFICANDOLA AL MÁXIMO PARA QUE PIERDA SU FUERZA».

Para usar una analogía simple: si quieres que tu cuerpo se relaje, primero tensa intensamente todos tus músculos y luego suéltate; esto te traerá relajación.

Líbrate de ella con conciencia

El único peligro de esta técnica es que si sigues manteniendo el odio y la rabia en tu mente, puedes volverte cada vez mas rabioso y resentido, llevando mas profundamente esas semillas de odio en tu mente subconsciente. Pero si mantienes el pensamiento:

«ME ESTOY LIBERANDO DE ESTE ODIO Y ESTA RABIA AL INTENSIFICARLA», entonces podrás librarte de ella.

Cuando sientas que has descargado toda tu rabia, es posible que aparezcan escenas de tristeza o de dolor que la han causado.

Si es así utiliza las técnicas que te recomendé en este artículo.

También puedes descargar nuestro E-book con cinco ejercicios que te ayudarán a equilibrar tus emociones negativas.

Curso de I Ching online – Operación verano 2022

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Tu futuro no es imprevisible

Tu futuro no es imprevisible ni fortuito, ni eres víctima del azar, no hay nada determinado. Nuestra memoria inconsciente guarda todo lo que hemos vivido, tanto lo bueno como lo negativo, convirtiéndolo en emociones positivas o negativas que se guardan en nuestras memorias inconscientes. Lo que has vivido bien se guarda como emoción positiva, lo que no has vivido bien se guarda como memoria inconsciente negativa generando emociones que no te gustan mucho.

Hace milenios se encontró en China una pequeña plancha metálica de una aleación especial que tenia inscritos los 64 hexagramas, los cuales expresan un lenguaje binario. Es muy posible que esta plancha metálica proceda de civilizaciones previas, que la cultura china interpretó y desarrolló en una secuencia de imágenes y dictámenes que configuraron el texto del I Ching.

El I Ching habla de una energía creadora que proviene del cielo, y la tierra es receptora y fecundadora de esa energía primaria.

El I Ching considera el cambio como la única realidad existente.

El sistema binario del I Ching es a la vez geométrico y aritmético. Los trazos de los hexagramas se construyen de abajo arriba.

Los inicios del I Ching

Hace más de 3000 años, en sus inicios, usaban un caparazón de tortuga para predecir los cambios.

El I CHING o libro de las mutaciones o los cambios nos dice, como si nos hablase un maestro, hacia donde van las cosas si seguimos ciertos caminos, y lo que nos conviene hacer tanto interna como externamente para que vaya a un mejor estado para nosotros.

Si quieres alcanzar paz y armonía permítete hacer este curso de I Ching.

Clases de las que consta este curso

El curso consta de un video de introducción más 12 video-clases que puedes ver a tu ritmo y todas las veces que quieras, y donde aprenderás a consultar y entender lo que el I Ching te dice que te conviene hacer aunque no tengas conocimientos previos.

Las 12 video-clases constan de:

  1. Introducción e ideas básicas del vacío y del ying yang y como esto da lugar a los bigramas que tienen que ver con el día, la noche y las 4 estaciones.
  2. Cómo se forman los trigramas a partir de la primavera, verano otoño e invierno, dando lugar a los trigramas: tierra, volcán, agua, viento, trueno, fuego, lago y cielo.
  3. Significado de los trigramas.
  4. Desarrollo de los hexagramas de I Ching y su evolución alegórica.
  5. Cómo hacer una pregunta al I Ching y de qué forma obtener la respuesta.
  6. Desarrollo de los hexagramas y entendimiento de los mismos.
  7. Mutación a un segundo hexagrama y su explicación para entenderlo fácil.
  8. Descripción general de las energías ying yang.
  9. Explicación de los hexagramas desde el 3 al 14.
  10. Evolución del 14 al 30.
  11. Evolución desde el hexagrama 31 al 52.
  12. Desde el 53 al 64.

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La tristeza

Como los árboles que pierden sus hojas en otoño porque la savia va hacia la tierra, hacia sus raíces, nosotros, que también somos condicionados por el planeta y sus estaciones, cuando nos invade la tristeza sentimos como nuestra energía cae hacia el suelo.

Estírate y pon tu cuerpo bien derecho. Levanta la barbilla hacia arriba y mantén un rato esta postura. Mejorará tu estado de ánimo.

Te sentirás aún mejor si en tu rostro esbozas una sonrisa. Es forzada, ya lo sé, pero pruébalo estirando los labios hacia atrás y hacia arriba; haz lo mismo con las comisuras de los ojos. Mantén la sonrisa, tu cerebro está procesando la información que le llega de los músculos faciales de que tu percepción es sonriente.

Puedes ayudarte aún mas recordando imágenes de tu vida que te provocaron una sonrisa. Si quieres continuar un poco más, imagínate que tu sonrisa se condensa en un poco de saliva, traga esa saliva impregnada y dirígela hacia el área de tu corazón inundándolo de alegría.

Vuelve a producir más saliva, continuando con tu sonrisa, y traga esa saliva dirigiéndola hacia tus riñones (parte posterior de la espalda, más o menos a la altura del ombligo)

Repite el mismo proceso hacia el hígado (parte derecha del abdomen detrás de las costillas más bajas)

Los pulmones que ocupan el tórax, y el Bazo que está en la cavidad abdominal en el lado opuesto al hígado.

Este ejercicio elevará la vibración de la tristeza hacia un estado más feliz.

Si con todo esto no lo logras superar tu tristeza, conocemos técnicas más profundas y te enseñaremos a aplicarlas.

El miedo

Hoy te hablaré del miedo.

Más del 90% de nuestros miedos son imaginaciones ilusorias, no están en el momento presente. Están en algún tiempo futuro o pasado. Para ver el futuro o el pasado miramos hacia dentro, hacia nuestros pensamientos. Para ver el presente miramos lo que, en este momento, nos rodea. Esos miedos, angustias o ansiedades, en su gran mayoría son imaginaciones nuestras y nunca van a suceder, por ejemplo me va caer un rayo encima, cuando la posibilidad de que me caiga es remotísima, o este avión se puede estrellar, más de lo mismo.

Creamos imágenes internas que nos producen miedo o sus variantes de angustia o ansiedad

Hay algo, en este momento, que perciban mis sentidos físicos y que me de miedo ¿alguien me está poniendo un cuchillo en el cuello para robarme? o ¿un mastín me está atacando?

Solución: si no hay nada objetivo en el presente que me produzca miedo y este es producido por imágenes internas, entonces enfrasquémonos en la realidad que estamos viendo, escuchando (no la T.V. por favor!) tocando, oliendo y gustando. Nuestro miedos imaginarios empezarán a esfumarse.

¡Pruébelo Funciona!

Si no funciona conviene que haga un tratamiento de psicoterapia con un buen profesional. Generalmente, en pocas sesiones podrá solucionarlo. Se trata de modificar memorias antiguas (el 90% procedentes de la infancia) en las que ese miedo se estructuró.

Ejemplo: un paciente tenía un gran temor a las tormentas, cuando aparecía una nube en el horizonte buscaba un refugio que le pareciera seguro aunque después aquella nube no se transformara en ninguna tormenta. Cuando era niño y había tormentas, su madre se encerraba con él en un armario muerta de miedo. Temor con el que contagió al niño. Con varias sesiones de terapia, aplicando técnicas de Programación Neurolingüística el paciente solucionó su problema. 

Si estás en un caso similar, no dudes en ponerte en contacto conmigo porque mediante técnicas de psicoterapia puedo ayudarte a superar tus miedos.

Evolución y experiencia

La evolución se produce aprendiendo a través de la experiencia.

Cuando tenía 3 años de edad, mi padre tenia una vieja radio de madera conectada por un cable a un enchufe de la red eléctrica.

Cuando radiaban algún cuento mi padre me llamaba: -¡Ramoncito ven pronto que empieza un cuento!

Yo acudía tan rápido como me permitían mis pequeñas piernas y me sentaba en el suelo, frente a la radio, a escucharlo. Después de escuchar unos cuantos empecé a intrigarme por donde venían los cuentos; con 3 añitos de inteligencia concluí que tenían que venir por el cable eléctrico que unía el cable con el enchufe. Ni corto ni perezoso me dispuse a meter los dedos por los agujeros del enchufe para «atrapar el cuento».

-¡Ten cuidado Ramoncito te va a doler, saca los dedos del enchufe!

Yo, ante la advertencia de mi padre, hice oídos sordos y metí los dedos en el enchufe dispuesto a atrapar el cuento y ¡Ayyyy! menos mal que en aquel entonces la corriente era de 125. Nunca volví a meter los dedos en un enchufe.

Mi padre no pudo enseñarme con palabras lo que era la experiencia del desagradable contacto con la electricidad. Tuve que aprenderlo por mi mismo.

¿Evolución y experiencia?

No nos vayamos más lejos: II guerra mundial, Hitler arrasa Europa, 6 millones de judíos incinerados. Millones de muertos en combate, hambre, ruina y desesperanza. Guerra civil española, cientos de miles de muertos, hambre, miedo, otra vez ruina y desesperanza. Ganadores y perdedores, aunque la verdad es que toda España perdió.

Hoy, Ucrania posible inició de la III guerra mundial, y seguimos metiendo los dedos en el enchufe, a pesar de que la historia nos advierte de lo que ocurre al hacerlo. Da igual, en esta tierra el ser humano solo aprende de la experiencia propia, no a través de la de los demás, ese segundo aprendizaje solo está reservado para genios avanzados, no solo de mente sino también de corazón. Son escasos.

Y el genio vive creando en el presente, absorto en él y, como un Dios, disfrutando de su creación. En ese estado ¿angélico? No hay tiempos pasados ni futuros en los que la vida pueda ser más feliz, lo es Ahora o nunca y el genio lo sabe, la muchedumbre no, por eso el genio se aísla en su creación.

La muchedumbre necesita vivir en carne propia las experiencias que otros le han contado.

«Y Eso que no puedes ni imaginar, Eso seré»

Es tan sencillo que da risa. Lo difícil es ser sencillo.

Seámoslo. Seamos conscientes del espacio que ocupan las distintas partes de nuestro cuerpo: entrecejo, ojos, nariz, boca, cuello, tórax, piernas y pies. Solo conscientes del espacio que ocupan. Si vienen pensamientos dejémoslos que pasen como nubes en el cielo y volvamos a ser conscientes del espacio. El tiempo desaparece porque el tiempo son nuestros incesantes pensamientos del pasado y del futuro. Solo seamos conscientes del espacio y Eso que los pensamientos no pueden ni imaginar, Eso seremos. Y es que ya lo somos, queramos o no, porque Eso es la realidad. Lo demás son ilusiones.

Conciencia y espacio

Una de las grandes religiones de la humanidad como es el hinduismo, nos dice que en nuestro mundo interior Dios es conciencia y en nuestro mundo exterior Dios es espacio.

Tener conciencia del espacio que hay entre las cosas… del espacio que ocupa tu propio cuerpo.

También el Taoísmo nos dice que todo pensamiento que no esté referido a tu momento presente está dañando tu corazón.

Pensamientos del pasado, del futuro, imágenes, frases que te dices, recuerdos… dañan de alguna forma tu corazón si esos pensamientos no están remitidos al momento presente.

Por tanto, la practica que te propongo hacer es unir la conciencia del espacio con esos pensamientos que puedan aparecer para darte cuenta de si están remitidos al presente o no.

Maya y la realidad

La realidad

La realidad es que no soy yo como individuo el que tiene Conciencia, sino que es la Conciencia la que se manifiesta en innumerables formas, incluida la mía. Es como las múltiples olas del océano que parecen tener formas diferentes pero la realidad es que todas son distintas manifestaciones del mismo Océano y están compuestas por la misma agua.

Si nos identificamos y creemos que somos las formas de nuestros cuerpos y de nuestras mentes, entonces nos sentimos separados y diferentes de las otras formas que nos rodean, ya sean estas personas, animales u objetos. Entonces, en nuestras profundidades queremos volver a ser uno con Todo y ese deseo se distorsiona y multiplica  en muchos pequeños deseos, interminables y variados, que nos sacan de nuestro mundo interior y nos mueven a buscarlos en un supuesto mundo exterior en el que creemos y definimos con una  fe ciega, como la realidad. Entonces, bajo esa creencia hipnótica, tan antigua como la humanidad, comienza el espectáculo de Maya.

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Pasando de Maya a la realidad

Fastuosas mansiones, viajes deslumbrantes, sexo, alimentos de capricho, los mejores trajes, todo tipo de máquinas increíbles, títulos, obras de arte, sutiles deleites, la lista es interminable porque Maya tiene siempre el poder de sacar de su chistera de maga algo nuevo y sorprendente con lo que estimular nuestros deseos. Nunca serán satisfechos, solo podrán darnos ratos de placer, y luego queremos más de lo mismo o de otras cosas. Y nos sumergimos en la rueda de la actividad, intentando sacar placer de las cosas o evitando el dolor de no tenerlas. 

El hecho de existir como un individuo separado constituye el problema. Si nos damos cuenta que la pequeña ola de nuestra individualidad es el Océano, que no tenemos que conseguir nada, que ya tenemos todo, entonces me convierto en el Presenciador del espectáculo y desde la Paz profunda del mar de mi interior, puedo ver que las innumerables olas de la superficie son el tentador baile de Maya al que puedo presenciar y entretenerme, sin dejar que el deseo de poseer sus innumerables disfraces me saque de mi realización de que ya estoy unido y fundido con todo el Océano y la Paz de sus profundidades.

Yo, la totalidad

Permanezco, convencido que «yo» soy un gran Yo, de que soy la totalidad, de que estoy sumergido en las profundidades de mi mismo en unión conmigo mismo. Y desde ahí vendrán bendiciones milagrosas a mi camino por la vida. Y también al tuyo porque somos el mismo Océano. Lo demás es la ilusión de Maya. Y ya no tendremos que buscar en ella la realización de nuestros deseos. Sus frutos vendrán a nosotros, cuando y dónde, sean necesarios. 

La actividad y el esfuerzo de la búsqueda ha terminado porque hemos encontrado lo que siempre estuvo con nosotros y jamás habíamos perdido. Solo hemos perdido la ilusión «mayica » de no tenerlo. 

Al perder la ilusión entramos en una experiencia que esta más allá de cualquier conocimiento. Las religiones han transformado la experiencia en conocimiento y con el han convertido las olas en catedrales, mezquitas, templos, púrpuras, liturgias, imperios económicos,  y jerarquías de olas de poder. 

Ese tiempo está terminando. Entramos en un tiempo nuevo.

«Aquello que crees que es real es irreal, y lo que crees irreal es la Realidad Verdadera»

Gururaj Ananda.

El Gurú y nosotros

Al menos en Occidente la religión ha sido sustituida por la ciencia. Muchos ya no creen en la o las religiones, pero nadie duda de la Ciencia y sus logros: satélites espaciales, submarinos atómicos, televisiones, robots quirúrgicos, internet, múltiples modelos de aviación, energía nuclear, el móvil que está en mis manos… podría continuar y el breve espacio de este artículo se quedaría muy corto para seguir enumerando «el santoral» de la Ciencia. Nuestra fe en los logros de la ciencia es incuestionable igual que sus beneficios. Bien o mal usados ya es otra cuestión. Igual que las jerarquías religiosas han utilizado nuestra fe en su propio beneficio, ¿acaso los gobiernos, o las grandes empresas multinacionales, no están haciendo hoy algo similar en su propio interés?.

Como psiquiatra hablo de la mente y el cerebro. Conscientemente utilizamos un 8% de nuestra capacidad mental, el 92% restante opera a nivel inconsciente, es decir que no nos enteramos. Lo vemos en los resultados que nuestras acciones u omisiones nos muestran en la vida. Casualidad decimos. Destino, suerte, opinamos. 

Un día hablando con el director de un centro de Astrofísica, me decía que apenas conocemos un 8% de como opera el Cosmos, pero ello nos permite poner satélites en órbita o mandar naves espaciales a la Luna o Marte. Igual que nuestro cerebro, le contesté, solo somos conscientes de un tanto por ciento similar y con eso nos movemos por el mundo y hacemos un montón de cosas, muchas de ellas con miedo y dudas, acaso ¿no es normal tenerlas manejando la máquina más poderosa del planeta, sabiendo utilizarla un tanto por ciento tan escaso? me refiero a nuestro cerebro.

Nuestros padres y educadores nos han enseñado a usarlo en la misma escasa proporción que ellos lo utilizan.

¿Podemos pasar de la oscuridad de ese uso precario a la luz de utilizarlo con su máximo potencial?. La palabra Gurú significa eso: lo que nos lleva de la oscuridad a la luz.

El fundamento para hacerlo está en integrar en un compacto único toda la información que procesamos: que lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos sean lo mismo. Acaso ¿muchas veces no pensamos una cosa, mientras sentimos otra distinta y hacemos algo diferente? Es decir vivimos fracturados en lugar de integrados con nosotros mismos.

Ese primer paso unido al de asumir la responsabilidad por lo que pensamos, sentimos y hacemos nos permite darnos cuenta que somos los creadores del mundo que percibimos y que este es un reflejo de nuestro mundo interior.

Integrándonos y responsabilizándonos pasamos de vivir en la oscuridad a disfrutar de la luz de la vida. Al hacerlo nuestros cerebros manifiestan toda su capacidad creadora. Nos unimos, nos «religamos» con nosotros mismos y la religión se hace ciencia al ponerla en práctica, de forma que siguiendo y utilizando unos parámetros se obtienen siempre unos resultados. 

Y este es el desafío actual de la humanidad: utilizar sabia y responsablemente la prodigiosa herramienta evolutiva que es nuestro cerebro-mente, o dejar de lado nuestra responsabilidad depositándola en manos de poderes supuestamente ajenos a nosotros, para que hagan con ella lo que históricamente ha sido su conveniencia egoísta.

Cada uno de nosotros decidimos. «Mi Gurú y yo» es la relación integrada que tengo conmigo mismo manifestándose en la vida.

El río de mi vida

El río de mi vida, apenas un riachuelo impetuoso, deslizándome entre las rocas, y cayendo con un estruendo que se magnificaba a medida que caía montaña abajo. Casi sin los limites que imponen las orillas e ignorante de la meta hacia la que me dirigía. Me deslizaba jugando, por el simple placer de hacerlo.

La disciplina impuesta por las dos orillas que me encajonaron fue dura y dolorosa. Duró largos años. Cuando solo fluí entre ellas yo era ya un río domesticado.

Un día, iniciando mi madurez, una cascada poderosa me enseñó a fluir libremente, a mi gusto, disfrutando del paisaje y de mi libertad. Ya no era como la mayoría de los ríos. Fluía a mi ritmo disfrutando de la vida que me rodeaba. Si alguna nueva agua quería unirse a mi, la aceptaba con gusto y volvía, suavemente a disciplinarme, para integrar el nuevo caudal.

Pasaron años y cientos de kilómetros en el río de mi vida. Podría escribir libros y más libros con todo lo que viví. Rocas que esquivar, bosques que contemplar, praderas para reposar, túneles misteriosos. El océano está dentro de nosotros, siempre; ir de fuera hacia adentro, de lo externo a lo interno, es el viaje que hace el río de nuestra vida. Fuera estamos perdidos, dentro estamos en nuestro hogar. Sustituyamos lo externo por lo interno y seamos eternos.

Recuerdo cuando yo era un río recién nacido entre los dos manantiales de la montaña. en los que investigar, cascadas que desafiaban mi identidad como río, gentes a las que transportar en sus medios de navegación. Miles de personas navegaron y se bañaron en mis aguas. Yo, siempre adelante. A veces me desbordé para regar tierras estériles y fertilizarlas para que los animales y los hombres pudieran comer, fortalecerse, tener determinación y muchas más veces purificarse. Otras mis aguas desbordadas castigaron sus excesos y les recordé la humildad y el agradecimiento.

Y yo continué fluyendo hasta que, de pronto lo divise a lo lejos… era un océano gigantesco hacia el que me dirigía. No podía dar marcha atrás, inevitablemente tenía que seguir hacia delante. Sentí miedo ante mi cercana desaparición en el mar que me iba a engullir. Acumulé fuerzas y recordé a los dos manantiales de los que había nacido. Mis años de juvenil torrente, mis praderas, bosques, precipicios, torrenteras. En todos ellos siempre había sido yo, el Río, ahora desaparecería en el océano que tenía frente a mi. Mis orillas se ampliaron y se desdibujaron. Empecé a no diferenciar claramente entre lo que era yo y no lo era. Solo quedaba mi amor por el agua que había sido mi compañera durante muchos años.

Un temblor me sacudió ante mi final.

Lo que no sabía era que al desaparecer como un río individual, pasaría a fundirme y ser uno con el Océano. Sin límites, sin orillas, sin recuerdos de mi historia fluvial, sin proyectos personales. Me despedí de mi mismo y pase a ser uno con el gran Océano. En el mar inmenso, solo entró conmigo el Amor por mi agua, mi compañera.