La tristeza

Como los árboles que pierden sus hojas en otoño porque la savia va hacia la tierra, hacia sus raíces, nosotros, que también somos condicionados por el planeta y sus estaciones, cuando nos invade la tristeza sentimos como nuestra energía cae hacia el suelo.

Estírate y pon tu cuerpo bien derecho. Levanta la barbilla hacia arriba y mantén un rato esta postura. Mejorará tu estado de ánimo.

Te sentirás aún mejor si en tu rostro esbozas una sonrisa. Es forzada, ya lo sé, pero pruébalo estirando los labios hacia atrás y hacia arriba; haz lo mismo con las comisuras de los ojos. Mantén la sonrisa, tu cerebro está procesando la información que le llega de los músculos faciales de que tu percepción es sonriente.

Puedes ayudarte aún mas recordando imágenes de tu vida que te provocaron una sonrisa. Si quieres continuar un poco más, imagínate que tu sonrisa se condensa en un poco de saliva, traga esa saliva impregnada y dirígela hacia el área de tu corazón inundándolo de alegría.

Vuelve a producir más saliva, continuando con tu sonrisa, y traga esa saliva dirigiéndola hacia tus riñones (parte posterior de la espalda, más o menos a la altura del ombligo)

Repite el mismo proceso hacia el hígado (parte derecha del abdomen detrás de las costillas más bajas)

Los pulmones que ocupan el tórax, y el Bazo que está en la cavidad abdominal en el lado opuesto al hígado.

Este ejercicio elevará la vibración de la tristeza hacia un estado más feliz.

Si con todo esto no lo logras superar tu tristeza, conocemos técnicas más profundas y te enseñaremos a aplicarlas.

La decisión de la humanidad.

La decisión

Fuera estás perdido, dentro estás en tu hogar. Sustituye lo externo por lo interno y sé eterno.

Guru Raj Ananda Yogui.

Nuestro sistema inmunológico está profundamente ligado a nuestro sistema nervioso y a nuestras emociones, hasta el punto de que hay una especialidad médica llamada Psiconeuroinmunología, que significa que nuestro sistema inmunológico, el sistema nervioso y nuestras emociones están profundamente interconectados. Si estamos asustados, tristes, ansiosos o preocupados nuestro sistema inmune reduce enormemente su eficacia en mantener las defensas de nuestro organismo. Por el contrario, la alegría, la tranquilidad o la armonía hace que tengamos un sistema inmunológico sólido y equilibrado frente al desequilibrio que representa una enfermedad. Cuando hablo de desequilibrio no me refiero solo a aquello que consideramos nuestra individualidad personal, sino también al medio ambiente en el que habita. 

Desde hace décadas, la humanidad no ha tenido ningún respeto por el medio en el que vive, ha contaminado el aire, destruido la capa de ozono, arrasado los bosques y las selvas, contaminado los ríos y utilizando los océanos de basureros para nuestros desechos de plásticos. Estúpidamente ha ensuciado la casa donde vive, no solo ella, si no también especies animales, insectos, peces y aves. Todas ellas están desapareciendo a un ritmo vertiginoso. Lo sabemos desde hace años y no hacemos nada, seguimos inconscientemente dormidos e irresponsables creyendo que no tendrá consecuencias o que éstas repercutirán en alguna generación futura. Pues bien ese futuro ya ha llegado. La madre tierra ha confinado a la especie humana impidiéndole que siga con sus acciones irresponsables y devastadoras. No son los bosques lo que nos importa, ni los océanos, ni los animales, ni las abejas, es la decisión de la humanidad, solo nos importa el dinero y todo lo anterior es devastado o cultivado en orden a la cantidad de beneficios que produce. 

¿Queremos curarnos de verdad? No hay otra manera de empezar mas que por nosotros mismos. Respetemos la naturaleza, allí donde estemos, siempre hay un árbol, una planta, un animal, el sol o las estrellas que ya ni se ven en las noches de nuestros hormigueros ciudadanos, ellos son los maestros porque la respetan, utilizan solo lo necesario, no como nosotros que acumulamos sin sentido. En nuestra idiotez egótica nos creemos la especie mas evolucionada del planeta y quizás tengamos esa opción pero lo que está pasando nos muestra lo mal que la estamos utilizando. Nos hemos concentrado en el pensamiento y hemos producido máquinas que piensan más rápido que nosotros, máquinas inmisericordes que solo miran datos y más datos, beneficios y perdidas. Estrés y más estrés, también decisión de la humanidad.

Y de nuestros corazones ¿qué ha sido? hoy se asoman a los balcones y cantan canciones con unos vecinos que siempre habían estado ahí, pero que en nuestras prisas no habíamos ni visto. Y empezamos a mirarles y reconocerles. ¿Volver a lo de antes? ¿a la normalidad como dicen nuestros dirigentes? si les hacemos caso, el siguiente correctivo de la madre Tierra será mucho peor. Lo de atrás es lo que ha traído esto. Es una normalidad profundamente enferma. Reflexione y tome la decisión, pues tiene libertad para hacerlo. Ahí encerrado en su casa, sin salir, mire dentro de su corazón, sólo él tiene la respuesta y la solución. No es nada complicado, muchas veces basta empezar con una sonrisa sincera mirándonos en un espejo, después podemos extenderla a las demás personas que son espejos de nosotros mismos. Quizás entonces no elijamos para gobernarnos a los más manipuladores si no a los que tengan el corazón mas sonriente y limpio. Es la decisión de la humanidad.



Próximo curso de Aprender a ser libres.

aprender a ser libres 2019

¿Hay alegría, paz y amor en tu vida? ¿Predomina el miedo, la tristeza, la culpa o la rabia? Si es así, aprende a ser libre de estos sentimientos que te hacen infeliz. Durante ocho intensos días en régimen residencial, aprenderás como hacerlo. Por tu parte es necesaria la determinación y el propósito de liberarte de conductas programadas en tu infancia. Y por mi parte acompañarte guiándote en un viaje interior que nunca olvidarás.

El próximo curso de Aprender a Ser Libres se hará en la sierra de Madrid, la semana del 23 de noviembre al 30 de noviembre de 2019.

En estos tiempos de incertidumbre, es el mejor regalo que te puedes hacer.