El texto sagrado del I Ching

Todas las grandes religiones tienen su texto sagrado. El Taoísmo tiene el I Ching y el Tao Te King; el cristianismo tiene la Biblia, el islamismo el Corán y hinduismo el Bhagavad Gita. La palabra religión viene de «religare», es decir de unirse e integrarse con uno mismo.

Muchas veces lo que pensamos no coincide con lo que decimos ni con lo que hacemos, entonces no estamos unidos con nosotros mismos. Si lo que pienso coincide con lo que digo y con lo que hago, y todo ello con la conciencia del momento presente, entonces estoy ligado conmigo mismo y soy un hombre religioso.

El pecado es estar desintegrado de uno mismo, entonces mis pensamientos, mis palabras y mis actos van por caminos diferentes. La virtud es cuando todos coinciden en una misma dirección.

¿Qué fuerzas conscientes o inconscientes me llevan a la desintegración y cuales me conducen a mi integración personal? El I Ching nos va a dar respuestas claras de cuales son estas fuerzas y de como transformarlas, para nuestro bien, en energías integradoras y sanadoras.

La desintegración conduce a la infelicidad y la integración personal nos trae la felicidad.

¿Podemos elegir entre una u otra?. El texto sagrado del I Ching nos ayuda a ello y lo explica con claridad para que puedas utilizarlo en tu vida. Si sigues las indicaciones que los hexagramas del I Ching te den tu vida fluirá hacia tu integración contigo mismo y con el medio en el que vives.

Utilización del I Ching


Para utilizar correctamente el I Ching se requiere en primer lugar seriedad y, en segundo lugar, perseverancia.

No se solicita una entrevista con un gran sabio para preguntarle nimiedades. Se le consulta para preguntarle algo serio e importante para nosotros. Con esa actitud, sincera y comprometida, el sabio nos responde en igual medida. Si su respuesta no nos gusta, no le preguntamos de nuevo, pues con esa actitud cuestionamos su sabiduría y sinceridad.

Se habla del I Ching como un gran sabio desencarnado, a quien nos dirigimos humildemente para consultarle algo que nos afecte profundamente en nuestra vida, y para lo que no hemos encontrado una respuesta. Después hemos de aplicar con perseverancia las respuestas que nos ha dado.

Estudiamos el I Ching desde dos perspectivas:

  1. Un aspecto adivinatorio es la manera mas externa y superficial.
  2. El aspecto interno, trata de los principios básicos de la fuerza vital en nuestra dimensión humana y de como aprender a desarrollar nuestro espíritu.

El I Ching es una guía de meditación interna, en la que tenemos en cuenta cada órgano del cuerpo, no solo en su fisiología energética, sino también en los pensamientos y emociones con las que está en sincronía. Purificando e integrando esas energías internas, por canales que también utiliza el arte de la Acupuntura, no lleva hacia una meta de Paz y Liberación.

La alimentación

Los seres humanos no solo nos alimentamos de comida, sino también de imágenes, sonidos, emociones y conversaciones que mantenemos con nosotros mismos o con los demás. Ambos tipos de alimentación están interrelacionadas ¿O acaso pensamos que produce el mismo beneficio para el cuerpo comer una comida excelente en un estado de profunda tristeza, que hacerlo con gran alegría?

Hemos construido un mundo polucionado. Fumigamos con productos tóxicos las frutas y verduras que comemos. Las impregnamos con sustancias que las hacen crecer mas rápido y, lo que es peor, modificamos sus códigos genéticos en orden a obtener mayores beneficios económicos sin tener ni idea de las consecuencias que puede tener para la salud. Los grandes peces del mar están impregnados de mercurio y las carnes de los animales que comemos están llenas de corticoides para aumentar su peso y con ello obtener mayores ganancias.

¿De qué tipo de imágenes y sonidos nos alimentamos viendo televisión?

La mayoría hablan de guerras, catástrofes y violencia, o sencillamente de estupideces. También están polucionadas por grupos de poder a los que les interesa dirigir y controlar la atención de la población en orden a obtener lo que a ellos les conviene. Lo mismo sucede con la prensa. Claro que podemos apagar el aparato o utilizar gran parte de la prensa para encender la chimenea.

Toda esta comida tóxica se la intenta compensar con nuevos negocios de venta de múltiples capsulas de vitaminas, magnesio, zinc, omega 3, silicio, complementos antioxidantes… ¡Ufff! la lista puede ser interminable y muy cara si ya le incorporamos los últimos hongos chinos o japoneses que nos rejuvenecerán y revitalizarán.

Me permito dar unas sencillas y eficaces recomendaciones que es probable que ya conozcas:

  • Si para ti es posible come un 70% de frutas, vegetales y grano y un 30% de carne y pescado.
  • Evita comer productos contaminados químicamente. En ciudades como Madrid es posible conseguir esos alimentos y te los sirven a domicilio.
  • El 70% de nuestro cuerpo es agua. Bebe al día al menos dos litros de agua de manantial y no creas que muchos de los envases de plástico de agua tienen la pureza requerida.
  • Levántate de la mesa con algo de apetito. los datos estadísticos son claros al afirmar que las personas delgadas suelen vivir más años que las obesas.
  • La naturaleza ha diseñado nuestro cuerpo para moverse. Haz, al menos, entre una o dos horas diarias de natación, camina o haz aquel ejercicio que te guste y te puedas permitir hacer. El Yoga, el Tai chi y el Chi kung son excelentes.

Y tanto o más importante que lo anterior, pregúntate:

¿Desde qué estado emocional suelo comer? ¿lo hago deprisa porque tengo poco tiempo y he de volver enseguida a trabajar? Sabemos que el estrés es una de las causas principales que genera enfermedades. Si estás angustiado, ansioso o triste es mejor que no comas y esperes a estar en un estado emocional más saludable. Tampoco te excedas con la comida antes de irte a descansar.

Y la alimentación mas importante:

¿Alimentas tus días de alegría, de paz, de armonía y de integración contigo mismo? lo explicaré con un sencillo experimento que puedes poner en práctica:

«Ponte a cocinar con un amigo dos tortillas de patatas; ambas con el mismo tipo de aceite, las mismas patatas, iguales huevos y el mismo tipo y duración de fuego. Pero al hacerlo tú lo haces desde un estado de tristeza y tu amigo está feliz. Las dos tortillas sabrán muy diferentes». Si lo deseas compruébalo.

El estado del observador modifica lo observado. Esto lo afirma la Ciencia, que es la religión en la que más cree Occidente.

Solo utilizamos conscientemente un 8% de nuestro cerebro, el resto funciona pero «bajo cuerda», es decir inconscientemente, y es la mejor opción; me explico, ponernos en sintonía con nuestra intuición profunda y dejarnos llevar por la Vida, de la que formamos parte en un cien por cien.  Y la vida nunca se equivoca.

¿Nos atraen alimentos dulces y de color amarillo?¿o quizá necesitamos reflexionar sobre algo? es que nuestro bazo los necesita.

¿Nos atraen de color rojo y de sabor amargo? ¿o quizás necesitamos centrarnos en un proyecto importante para nosotros? es nuestro corazón que habla.

¿Es el sabor picante y los alimentos de color blanco lo que queremos? ¿quizás acompañado de una necesidad de reflexión sobre lo que nos conviene dejar partir y lo que necesitamos conservar? La Naturaleza nos lo dice a través de nuestros pulmones energéticos.

¿Son sabores salados y una coloración oscura?¿se manifiesta a su vez a nivel psíquico de una necesidad de afirmar su personalidad? En un lenguaje mas cercano a lo orgánico es la expresión de los riñones.

¿Es el verde y el agrio lo que nos atrae? ¿y en otro nivel nuevas fantasías que llenen de viento las velas del barco de nuestra vida? La energía del hígado nos está hablando de esta manera.

Si a esto unimos una inteligente discriminación de no alimentarnos de los intereses egoicos en la manipulación de los alimentos, nuestra alimentación nos conducirá a la salud.