EL CRUCERO

En muchos cruces de caminos del noroeste de España el cristianismo colocó un Crucero, antes de la cruz había otros símbolos mas antiguos que sacralizaban ese lugar y recomendaban detenernos en él y centrarnos en nosotros antes de continuar el camino.

Todos llegamos al momento presente por un camino que viene de un pasado, mas o menos lejano, que se inició en nuestra infancia. Nuestros padres, que nos dieron la mano y nos apoyaron para empezar a recorrerlo, fueron los maestros que nos enseñaron como sentirnos al caminar y con que valores recorrer el sendero de la vida, camino que transita para todos entre las orillas del dolor y del placer.

El crucero presente

Hoy, bajo el crucero del momento presente, me pregunto cuantas cosas del pasado tendremos que repetir en el camino del futuro, quizás porque antaño las hemos malvivido y queremos repetirlas de una manera mas feliz. Muchas veces tratamos de predecir el camino que va al futuro limitándolo a lo conocido de nuestro pasado y tratando de decorarlo con todas las fantasías que deseemos añadirle.

El tercer camino que está frente al crucero es desconocido y nos lleva hacia el Misterio, al que la muerte abre la puerta. Si tenemos «eso» presente podemos hacer un misterio de cada paso que damos, y vivir asombrados cada momento que vivimos abriéndonos a lo que nos traiga. Siempre será una sorpresa que desbordará a la fantasía mas fecunda.

Me siento bajo el crucero, consciente y confiado en ese cruce de caminos, sabiendo que puedo elegir qué camino escoger. Me quedo sentado observando el fluir del tiempo al que el brazo transversal de la cruz parece representar, o mirar hacia donde señala el brazo vertical que me indica el cielo. Ese espacio celeste en el que estoy sentado sobre un Planeta, que gira alrededor de un Sol que, a su vez, transita en giros espirales hacia el centro de la Vía Láctea que, a su vez, está inmersa entre incontables millares de galaxias…que…a su vez…nos dirigen hacia Algo Infinito.

La mente no puede comprender el Misterio, pero mi corazón puede disfrutarlo mientras estoy sentado con mi mujer al pie de un crucero gallego mirando al Sol.