Cualquier esclavitud en la que asumas estar es creación tuya.
G.R.A.Y.
Los deseos de seguridad, sensaciones y poder se corresponden con los chakras del yoga Manipura, Swadisthana y Muladhara que, en su nivel más denso se corresponden con las secreciones hormonales del páncreas, las capsulas suprarrenales y de los ovarios o testículos. Más del 99% de la gente en Occidente viven una vida de bajos niveles de conciencia caracterizados por tratar de conseguir suficiente seguridad, sexo, sensaciones excitantes, prestigio, dinero, poder y estatus. La consecuencia de esta lucha sin fin produce vidas de resentimiento, preocupación, rabia, miedos y tristeza. Sin embargo no son estas cosas por si mismas las que crean una vida infeliz, es la adicción interna mental o el deseo de ellas, lo que produce sufrimiento.
Los caminos que nos han enseñado para encontrar la felicidad solo refuerzan los sentimientos que nos hacen infelices. En el Anahata o chakra del corazón «el otro» ya no es un objeto que satisface o amenaza mis deseos, simplemente lo amo porque me amo a mi mismo, porque, como yo, está ahí y porque es parte del ahora de mi vida, porque aunque nuestros cuerpos y mentes puedan estar en diferentes viajes, en el núcleo de nuestro corazón somos uno. Desde el Corazón amas incondicionalmente a todo el mundo incluyéndote a ti mismo y tanto como tu conciencia esté en el chakra del corazón te abrirás a más personas y situaciones en la vida, ya no irás por la vida buscando personas o situaciones que te proporcionen lo que necesitas, ellas acudirán a ti, como un mítico Cuerno de la Abundancia, todo vendrá a ti mágicamente sin que te esfuerces en buscarlo, es la expansión del chakra Visudha del cuello, donde está la glándula tiroides.
Una vez que amas sin condiciones todo viene a ti como si un mago que estuviese a tus ordenes lo ordenara. Solo hay una condición, que hayas purificado tus deseos hasta el grado de preferencias, entonces puedes sentarte en el palco del maravilloso teatro del mundo, desde el que ya no juzgas ni evalúas, simplemente eres el observador, el testigo de innumerables comedias, tragedias, aventuras que desbordan la más extraordinaria fantasía y te experimentas a ti mismo como un actor en el gran escenario de la Vida. Ese palco es el Agna chakra del entrecejo donde está la glándula hipofisaria. Desde ahí puedes elegir representar tantos personajes como desees pues el karma ya no te obliga a representar siempre la misma historia y el mismo personaje en tu vida. Tu ego o personalidad se ha expandido hasta tocar el Paraíso de la libre elección. Y en el vértice de la montaña está el Sahasrara chakra o glándula epifisária donde podemos ser la Conciencia pura de la inmensidad del espacio que nos rodea. Ahí te das cuenta de que estás y siempre has estado iluminado, solo has ascendido por encima de las nubes que te impedían ver y ser el Sol.