La Soledad

La soledad

Las palabras son diferentes a las experiencias que nombran. Por ejemplo: si yo estoy comiendo con un amigo una excelente paella valenciana de mariscos, yo puedo decir que está buenísima y mi amigo responder –sí es verdad, está buenísima– pero sólo son palabras.

La experiencia íntima y personal que tengo yo del sabor del arroz y los mariscos es muy distinta de la experiencia que tiene mi amigo,  nombrar esa experiencia con las mismas palabras creyendo que significan lo mismo es un error.

En nuestras experiencias estamos solos, lo cual no significa ni mucho menos una soledad física; podemos estar todo el día rodeados de cientos de personas con las que sanamente nos comunicamos, pero nuestras experiencias individuales son diferentes. Por lo tanto ya tenemos la soledad, el paso en nuestra evolución es reconocerla. De ahí los versos de San Juan de la Cruz:

" En soledad vivía,

y en soledad a puesto ya su nido,

Y en soledad le guía a solas su Querido,

también en Soledad de amor herido".

El yoga empieza verdaderamente cuando reconocemos la experiencia de esta Soledad. Mientras tanto son diferentes técnicas preparatorias,  más o menos largas que nos levan al reconocimiento de esta experiencia.

El Abismo

«El hombre de hoy se encuentra pisando el borde del abismo que confunde las palabras y las imágenes virtuales, con las experiencias vivas a las que estas se refieren. En el corazón de la experiencia misma las palabras y las imágenes se ausentan, ese núcleo profundo de nuestro Ser no es comunicable, pero si puede ser experimentado.

Una nueva Psicología está naciendo en nuestros días; su Misión es comunicar al hombre la existencia de dimensiones de la Conciencia que desconoce ayudándolo, con técnicas precisas, a experimentar la dimensión transpersonal de la vida humana. Es nueva porque utiliza una metodología  adecuada a la evolución actual del ser humano, y vieja porque habla de verdades tan antiguas como la humanidad.

Hace mas de un siglo la psicología occidental  nos mostró la vastedad del mundo del Inconsciente. Creó y redescubrió métodos para ponernos en contacto con el y comprender que nuestro estado de vigilia cotidiano es como una pequeña burbuja flotando en ese océano desconocido. Hoy, inmersos en la revolución atómica e informática, la psicología aborda el conocimiento del área supraconsciente o transpersonal de la mente. No se interesa solamente en el «ego» o personalidad: por descubrir sus raíces enterradas en lo inconsciente, o porque sean armónicas y saludables, pues una cárcel de oro sigue siendo una prisión lo mismo que la de hierro herrumbroso. Su atención se enfoca en lo que podemos conocer más allá del encierro de la personalidad, la cual es un cúmulo limitado de pensamientos y reacciones programadas con las que configuramos nuestra realidad subjetiva.

En el universo transpersonal la realidad deja de ser la proyección ilusoria de nuestros pensamientos en el mundo, para desbordar en una dimensión objetiva y real a la mas fecunda fantasía. En ella el hombre va mas allá de las fronteras de su piel y se encuentra viviendo y vibrando en todo lo que lo rodea. El Universo ya no es algo ajeno a su visión, sino que está inextricablemente unido a la misma. lo que el «ego» percibía como materia a través de los sentidos se transforma en Conciencia en la dimensión  transpersonal y lo que creíamos exterior a nosotros pasa a formar parte del núcleo de nuestro corazón.

Nuestra Misión en el tiempo es acercarnos a la Visión de lo que somos:

Un punto de conciencia en un Planeta que está en medio de un espacio ilimitado lleno de estrellas»