Hace milenios se encontró en China una pequeña plancha metálica de una aleación especial que tenia inscritos los 64 hexagramas, los cuales expresan un lenguaje binario. Es muy posible que esta plancha metálica proceda de civilizaciones previas, a las que la cultura china interpretó, desarrolló en una historia en imágenes y dictámenes que configuraron el texto del I Ching.
Como dice C.G. Jung en el prologo del libro de Richard Wilhelm sobre el I Ching, este libro se expresa en un lenguaje sincrónico y no causal. Causalidad que es la base de la ciencia de Occidente, hasta la aparición de la física quántica mucho mas próxima a la visión sincrónica del mundo del que habla el texto del I Ching desde hace miles de años.
El I Ching nos muestra que estructuras profundas, conscientes o inconscientes, están generando el mundo que percibimos, y hacia que vivencias futuras nos conduce. Es, por tanto un libro predictivo pero, sobre todo, un texto que nos indica como evolucionar conscientemente en el tiempo de vida que nos ha tocado vivir. Esa evolución es la integración de nuestro mundo interior manifestado en pensamientos, palabras y acciones.
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Como si fuera un día aún sin vivir, tengo delante de mi una hoja de papel en blanco y un bolígrafo con el que voy a escribir sobre las posibilidades del I Ching, el libro chino de las mutaciones o los cambios. La vida es como este papel en blanco sobre la que escribimos con nuestros actos dirigidos por nuestros pensamientos, también por aquello en lo que creemos y que es importante para nosotros, así como las ideas centrales que tenemos sobre nosotros mismos y que configuran nuestra personalidad, ese es el I Ching en la vida.
¿Elegimos libremente nuestros pensamientos y nuestras acciones?
A nuestro «ego» le gusta creer que es así, pero nada mas lejos de la realidad habitual del mas común de los mortales. De un 100% de lo que hacemos, pensamos y creemos, apenas somos conscientes de un 8%, el 90% restante es inconsciente, y está dirigido y controlado por fuerzas profundas y desconocidas. Son ellas las que ante las infinitas posibilidades que configuran la vida, eligen hacia donde dirigimos nuestra atención e interés, diseñando un mundo personal y limitado al que llamamos nuestro destino o nuestra buena o mala suerte.
¿Lo que nos encontramos en la vida es casual?
Si hemos madurado lo suficiente para darnos cuenta que lo que nos encontramos en la vida no es casual, y comenzamos a preguntarnos que fuerzas de nuestro inconsciente la están configurando, entonces ese es un buen momento para adentrarnos en la sabiduría del I Ching en la vida.
Si hemos llegado a un punto en nuestra evolución personal, para hacernos preguntas, serias y honestas sobre nosotros mismos y lo que nos sucede, entonces El Libro de los Cambios puede ser el maestro que responda certeramente a nuestras inquietudes. No siempre va respondernos con lo que nos gustaría escuchar, pero sus respuestas reflejarán las verdades de nuestro mundo interior.
El I Ching cuando queremos saber mas
Con la verdad siempre podemos seguir caminando en una buena dirección, mientras que con el engaño y la mentira nos perderemos en una selva llena de peligros y caminos que al final, no llevan a ninguna parte. Si tenemos dudas ante las elecciones difíciles. Si queremos saber que consecuencias tendrán para nosotros si actuamos de una forma o de otra. Si queremos conocer nuestro destino, el mas inmediato y próximo, y también el mas lejano. Si desde nuestro corazón, queremos conocer las causas de nuestros agobios y la manera de salir de ellos o de sobrellevarlos desde un estado de aceptación y tranquilidad. Entonces atrévete a consultar el I Ching y seguir sus recomendaciones.
Sus respuestas serán una luz que ilumine tu camino, en el trecho que tienes delante de ti, y a larga distancia. El I Ching puede indicarte como recorrerlo, por ejemplo siguiendo a alguien, tomando tú la iniciativa, clarificando las cosas y profundizando más en ellas, afrontando cambios imprevistos, revitalizando algo que está enfermo. Quizás investigando la estructura profunda de tu familia, para conocer que fuerzas genéticas te están gobernando.
Muchas veces te recomendará que juegues y te diviertas, pues al fin y al cabo la vida es un teatro en el que, como los buenos actores, podemos meternos intensamente en el papel que nos ha tocado representar, sabiendo a la vez que estamos un tiempo en el escenario y, a la vez que actuamos no tomarnos nuestro papel demasiado en serio.
Sí, el I Ching es la vida misma, con todas sus facetas y posibilidades.
Todas las grandes religiones tienen su texto sagrado. El Taoísmo tiene el I Ching y el Tao Te King; el cristianismo tiene la Biblia, el islamismo el Corán y hinduismo el Bhagavad Gita. La palabra religión viene de «religare», es decir de unirse e integrarse con uno mismo.
Muchas veces lo que pensamos no coincide con lo que decimos ni con lo que hacemos, entonces no estamos unidos con nosotros mismos. Si lo que pienso coincide con lo que digo y con lo que hago, y todo ello con la conciencia del momento presente, entonces estoy ligado conmigo mismo y soy un hombre religioso.
El pecado es estar desintegrado de uno mismo, entonces mis pensamientos, mis palabras y mis actos van por caminos diferentes. La virtud es cuando todos coinciden en una misma dirección.
¿Qué fuerzas conscientes o inconscientes me llevan a la desintegración y cuales me conducen a mi integración personal? El I Ching nos va a dar respuestas claras de cuales son estas fuerzas y de como transformarlas, para nuestro bien, en energías integradoras y sanadoras.
La desintegración conduce a la infelicidad y la integración personal nos trae la felicidad.
¿Podemos elegir entre una u otra?. El texto sagrado del I Ching nos ayuda a ello y lo explica con claridad para que puedas utilizarlo en tu vida. Si sigues las indicaciones que los hexagramas del I Ching te den tu vida fluirá hacia tu integración contigo mismo y con el medio en el que vives.
Utilización del I Ching
Para utilizar correctamente el I Ching se requiere en primer lugar seriedad y, en segundo lugar, perseverancia.
No se solicita una entrevista con un gran sabio para preguntarle nimiedades. Se le consulta para preguntarle algo serio e importante para nosotros. Con esa actitud, sincera y comprometida, el sabio nos responde en igual medida. Si su respuesta no nos gusta, no le preguntamos de nuevo, pues con esa actitud cuestionamos su sabiduría y sinceridad.
Se habla del I Ching como un gran sabio desencarnado, a quien nos dirigimos humildemente para consultarle algo que nos afecte profundamente en nuestra vida, y para lo que no hemos encontrado una respuesta. Después hemos de aplicar con perseverancia las respuestas que nos ha dado.
Estudiamos el I Ching desde dos perspectivas:
Un aspecto adivinatorio es la manera mas externa y superficial.
El aspecto interno, trata de los principios básicos de la fuerza vital en nuestra dimensión humana y de como aprender a desarrollar nuestro espíritu.
El I Ching es una guía de meditación interna, en la que tenemos en cuenta cada órgano del cuerpo, no solo en su fisiología energética, sino también en los pensamientos y emociones con las que está en sincronía. Purificando e integrando esas energías internas, por canales que también utiliza el arte de la Acupuntura, no lleva hacia una meta de Paz y Liberación.
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