Meditación

Meditación es el arte de vivir intensamente en el presente, al tiempo que somos observadores de nuestra experiencia.

La meditación es un camino a recorrer hasta llegar a ese punto en el que dejamos de prestar atención a tiempos pasados o futuros, para centrarnos en el momento presente, que es el único lugar en que transcurre La Vida.

La constante repetición

A fuerza de repetirlo miles de veces, dirigimos nuestra atención a pensamientos de hechos vividos en el pasado, o a sucesos que nos gustaría vivir, o a situaciones que no nos gustaría vivir en el futuro. Repetirlo constantemente, hace que nos identifiquemos y seamos siervos de la mente que se transforma en un automatismo de memorias que nos esclaviza.

La Vida solo está fluyendo en este momento. Cómo fluyó hace un mes, forma parte de la memoria de un tiempo pasado que, si no lo hizo según nuestros deseos, esperamos que se mejore en un futuro. La mente es una formidable herramienta, peligrosa si domina nuestra vida, y muy útil si la utilizamos nosotros a ella.

La mente es una herramienta

Podemos compararla con nuestros teléfonos móviles, son excelentes maquinas en nuestras manos que nos permiten comunicarnos y obtener información; y son muy peligrosos si estamos todo el día con el móvil delante de nuestras narices, compulsivamente adictos a utilizarlo, perdiéndonos entre sus innumerables vericuetos. Es sencillo de comprender: o los utilizamos nosotros, o son ellos los que nos utilizan, acaparando nuestra atención y nuestra vida.

A través de los sentidos captamos e interactuamos con un mundo en continuo cambio y transformación. También pensamos con los sentidos a un nivel mas sutil: viendo imágenes internas, escuchando sonidos, hablando con nosotros mismos, o recordando sensaciones. ¿Somos libres para pensar y actuar como queremos? ¡eso nos gustaría! y muchas veces a la ignorancia de nuestro orgullo así le gusta creerlo.

La realidad de lo que pienso y vivo

La realidad es que la atención que dirige nuestros sentidos, está siendo controlada por las creencias que nos han transmitido nuestras familias y nuestra cultura. Descripciones de cómo es la realidad del mundo mental y material hacia el que tenemos que dirigir la atención y !mas importante! aquello que tenemos que dejar de percibir. Naturalmente, esto ocurre a nivel inconsciente, es decir, a tal velocidad por haberlo repetido miles de veces que, conscientemente, no nos enteramos. El dolor y el sufrimiento pueden ser buenos despertadores de este sueño inacabable y que creemos real.

Infinitas posibilidades

Desde hace muchos años soy aficionado a la Astronomía, en las noches claras paso largo tiempo observando con el telescopio cráteres lunares, planetas, cúmulos estelares, nebulosas de hidrogeno y galaxias. Todos estos cuerpos celestiales están flotando en la negrura de un espacio infinito, inconcebible para la mente al que no puede encontrar limites ni fronteras. Cuando trato de meterme en la experiencia de esa inmensidad eterna, mi mente se deshilacha y asombrada, deja de pensar.

Dentro de esa oscuridad infinita del espacio, dentro del cual estamos todos en este momento, podemos elegir qué pensar y qué vivir, libres del karma que nos aprisiona en vidas repetitivas y predecibles.

Elegir no es fácil, requiere perseverancia, paciencia y constancia.

Experimentando en el presente, meditación

Pero prueba a imaginar, hasta llegar a sentirlo en tu Corazón, que esa vida que deseas ya está ocurriendo. Mira los colores, las formas, los movimientos; escucha los sonidos y, sobre todo, siente lo que es vivir así como si estuviera ocurriendo ahora. Milagrosamente ese espacio infinito y oscuro organizará las cosas para que todo se sincronice, en orden a que tu imaginación se densifique del llamado mundo material. La llave maestra para abrir esa puerta se llama perseverancia.

Si nuestra racionalidad requiere mas explicaciones, estudiemos la física de Einstein y vayamos dejando atrás la de Newton.

En estos tiempos ya está ocurriendo.

Incorpórate a la meditación.

El último gesto

«Querido amigo:

¿Ud. no ve, pues, como todo lo que sucede es siempre un comienzo? ¡Y comenzar, en sí, es siempre tan hermoso!

Deje que la vida le acontezca. Créame, la vida tiene razón en todos los casos.

Somos solitarios. Tenemos que aceptar nuestra existencia tan ámpliamente como sea posible. Todo, aun lo inaudito, debe ser posible en ella, pues sólo quien está apercibido para todo, quien nada excluye, ni aún lo más enigmático, sentirá las relaciones con otro ser como algo vivo»

Rilke, «Cartas a un joven poeta»

La cinta de un film está formada por una serie de fotogramas que unidos secuencialmente dan la impresión de movimiento en el tiempo. Una película es una historia con un principio, un desarrollo y un final, y antes de que se proyecte en una pantalla cinematográfica, toda la historia está contenida en un rollo de celuloide en el que ha sido grabada. Esa historia tiene una coherencia a la que estamos acostumbrados, por ejemplo si en medio de un combate en el Coliseo romano sale un baile de claqué en blanco y negro, nos parecerá incoherente.

Llegados a determinadas secuencias de la proyección de nuestra película todos queremos cambiar de película y la del vecino suele parecernos mejor. A ese rollo de celuloide el Yoga le llama karma y querer dejar el dolor, y no el placer, que experimentamos al vivirlo es la común de las experiencias. El mismo Jesús disfrutó del vino en las bodas de Canaán y en la cruz le pidió al Padre de la vida que le librara del sufrimiento ¿Podemos detener esa proyección individual, quizás después de haber intentado cambiarla una y mil veces por otra que nos parece mas llevadera, o de adormecernos con distintas drogas para no vivirla? Sí, se puede, si nos detenemos en un gesto y lo amamos, y amarlo es aceptar lo que no por casualidad nos ha tocado vivir y poner nuestro mejor buen hacer y cariño en el papel que representamos.

Si circulamos en un automóvil a 100 Km/hora no podemos detenerlo de repente, a menos que lo estrellemos contra un muro, en cuyo caso ni nosotros ni el coche sobreviviríamos. Conviene detenerlo poco a poco a lo largo de 500 o 600 metros; detener suavemente, con perseverancia y atención en el presente el vehículo del Karma, el Yoga lo llama Dharma. Pongamos la atención en este momento ¡no hay otro! Lo demás son pensamientos de nuestra mente que crean el recuerdo de un pasado y la perspectiva de un futuro, hacerlo es salirse del tiempo y quedarse en la Conciencia del Espacio Presente ¿Y qué pasa con todo lo demás, obligaciones, trabajos y deberes? bueno lo demás será solucionado por añadidura si ponemos nuestra atención limpia y determinada en el momento presente. Dicho con otro lenguaje, nuestro Ser Esencial puede observar las formas de los pensamientos y las emociones escenificándose en el mundo a través del cuerpo. Antes es necesario disciplinarnos en ser Conscientes de que lo que pensamos y sentimos forme una unidad con lo que hacemos.

Integrándonos con nosotros mismos todos los gestos son el primero a la vez que el último y al serlo hacen que cada momento sea único.